sábado, 2 de octubre de 2010

Narciso

Miraba a través de la ventana y ella diligente le devolvía su eterno reflejo, esta vez empañado por su mirada velada y brillante; magnificando su acostumbrado resplandor. Habían transcurrido 500 años, a cuyo término debería plantearse nuevamente la tan sobada encrucijada de decidir; si cambiar e interactuar como común mortal o continuar hibernando en ese mismo lugar donde solo existía la retroalimentación expresa entre su ser y la auto-admiración colgada de sus ojos. ¿Se atrevería a ello?, había permutado la vida y el interactuar humano por conservar y contemplar para siempre su singular belleza… Aun no se cansaba y decidió entre lágrimas esperar 500 años más.

No hay comentarios:

Publicar un comentario