viernes, 29 de abril de 2011

Libertad


Miraba y solo veía vehículos a sus pies
Pensaba… que con cada paso que diera hacia su frente, costados o en retroceso su mundo se extendería sobre la marcha

Hoy de pie y a contra reloj; quería comprobarlo en forma física, consciente
Y allí estaba ordenando fríamente a sus pies que caminaran en una sola dirección lineal... indefinida e inconclusa

Daba gracias… estaba cansada de tanto respirar, de tanto comer, de tanto soñar…
De comprobar, una y otra vez, que toda emoción, reacción o vivencia era efímera… era… un constante fluir y huir, huir y fluir; escapándonos del frio hacia el calor. Con el tiempo y la rutina, trasladábamos nuestros ardores hacia el hielo arrebujándonos en sendos y potentes abrigos de propia grasa o tela

La búsqueda de nosotros mismos, el constante no encontrarnos… eso era lo que nos movía a mutar una y otra vez; de lugares, de gentes, de experiencias, de cuerpos…
Percatándonos muy tarde, ya en rápido descenso hacia el vacio… que bastaba solo con adentrarnos en nuestras mentes, aceptando y perdonando, pensamientos, sentimientos sin juzgarlos, ni medirlos…

Soltándolos… porque al salir de nuestro fuero interno dejaban de pertenecernos, y nosotros a ellos: logrando entonces la tan ansiada y nunca experimentada libertad de ser Uno con la vida y existir

jueves, 31 de marzo de 2011

Ahogarse en luz

Ella, estaba allí, seguía ahí. Aunque no se encontraba ni reflejaba así misma. Rápidamente se había transformado, había mutado de protagonista de su vida… a mera espectadora del respirar de otra. Poco a poco los límites de su imagen se borraban hasta de sus propias pupilas… se advertía a sí misma; invisible, intangible.
Incrédula, de frente a los suyos, se sumergía en las cuencas de sus amados ojos, buceando en ellos de un extremo a otro… tratando de encontrarse, como antes, como hace poco; diluyéndose… con cada brazada. Naufragaba a la deriva en mares y océanos donde aun ondeaba con infinita ternura su antiguo estandarte.
Con el alma rota, sin llorar, trato de convertirse en copia de la otra, de la que ahora reinaba en su otrora océano particular… tan exclusivo; la que nadaba y se reflejaba a placer en sus diferentes espejos privados, tan familiares. Esfuerzo inútil… que solo catapultó e hizo más evidente su inesperada pérdida; agigantando ante su propio ser su dolorosa degradación e infra existencia. Desde ese entonces no toleraba los segundos planos, las segundadas partes, los segundos frentes… siguió adelante, consciente de su inamovible y arraigado anonimato ahogándose en su propia luz.

jueves, 17 de febrero de 2011

Des-Pecho o Auto-Exorcismo

I
Así quede, chamuscada por la pasión
Esta vez se invirtieron los papeles y la decapitada fui yo
Me entregué sin retorno a una idea y arriesgué en esa concesión al otro, mi vida entera
II
Ahora, en dolorosa agonía, mi derretida mente rememora en vivo, reflejada justo, en la gran pantalla tipo plasma de mi gran televisor particular, los pensamientos y momentos llenos de acciones e inacciones, buenas y/o malas que ocurrieron en mi vida
Aun no puedo decidir en qué lado de la balanza colocar mi último ardor, sabiendo, que solo es una proyección de mi cuerpo despidiéndose apesadumbrado de mi “eterna juventud” y del influjo de aquellas apremiantes hormonas a las que otorgué el poder de dirigir mis pasos
¿Valió la pena? Me pregunto y contesto que sí, que ya tendré la oportunidad de ser santa, de transmutar mis sentires en una paz sublime y angelical, indolora, incolora, insabora e in- forme donde evitaré a consciencia que un depredador-cito en forma de tentación colme de estrés bueno y/o malo mi diario acontecer alborotando mi sangre humana. Y quizá lo haga ahora mismo si sobrevivo al despecho o debería decir: ¡auto despecho!
III
Sobre aquel hombre, que decir, era solo una idea de lo que mi mente juvenil, elucubró debería ser el amor y su comportamiento; aquél príncipe azul con aliento a cielo, ojos cenagosos y cristalinos a la vez, donde me sumergía flotando o naufragando a placer, solo era y representaba mi proyección de lo deseado, de lo que debería ser. Una segunda mirada después de los años me permitió dilucidar quien realmente es y discernir que esa bella estampa se la coloque yo, que su hermosa voz la module yo y que su apariencia de ángel apasionado que hacía temblar mis rodillas y latir en estampida mi corazón, también la diseñe y coloree yo. En fin la concesión me la hice a mí misma, imperfecta al ser creada por el ego y reducida a cenizas por los estragos del tiempo y la caída del último telón al alejarme de mi propia idea obsoleta de lo que era ser Dios.
IV
Ese fue mi castigo invertir mi vida en mi propio sueño, el mejor vendido pues todos a mí alrededor lo compraron y todas añoraban uno así para sí, incluso algunas quemaban sus manos por él y escogieron sus parejas conforme al patrón que yo mercadeé.
Lo malo… el despertar, el saber que tu propia criatura escapa de tus manos, cansadas de sostener una idea fija, de rellenar y frisar las múltiples grietas conforme comenzaron a aflorar al pasar de los años, porque todo ese maquillaje aplicado por tu sentir, permitió que fuera tu forma la que se modelara al antojo y según las pautas creadas y frisadas por aquél que, en un inicio tu fue creación.

La pureza del mar

La perseguía en sus sueños justo al amanecer
Tanto era así, que le aterrorizaba la llegada de la noche;
Sobre todo en luna llena, cuando el tiempo se hacía eterno
Y aquel brillante espejo de hábitos nocturnos, la envolvía entre sus hilos de plata atándola a la cola de aquel gigantesco animal que la llevaba, en un abrir y cerrar de ojos, hasta el mar
Y entonces la historia mil veces repetida, continuaba; se observaba sola y desnuda, sentada en un islote, donde sus lágrimas empezaban a brotar cristalinas haciéndose eternas
Era su trabajo sentenció el femenino astro, milenios atrás, sus lágrimas purificaban y recreaban el océano cada aurora, añadiéndole sabor a sal. Gracias a ello – le explicó- disfrutaba de una esplendida vida; sin el atisbo de un dolor o alguna necesidad
La ballena velaba porque cumpliera con precisión milimétrica su preciada labor, sirviéndole de transporte y carcelero a la vez
De día era libre y un común mortal, de noche la hermosa esclava, responsable de la pureza del mar

domingo, 31 de octubre de 2010

Ella


Ella sigue cociendo muñecos vestida de novia; y a veces les coloca cabezas de madera que luego aplasta con su pistola de goma
Ella cree que puede hacerlo todo e imagina cosas perfectas corporizándose con su sola intención… a voluntad entre sus manos ensangrentadas; llenas de rosas
Ella predice que vive dentro de un sueño de rayas azules que pareciera infinito; en el fondo de su ser sabe que no lo es, solo son rejas
Ella sabe que más tarde o más temprano despertara reconociéndose como lo que es; dueña y señora de su mundo. La que crea y materializa con sus pensamientos lo que más le conviene o le place, que puede asesinar sus ideas
Ella admite que puede destruir su mundo en un instante, si tan solo pudiera recordar cómo parar de torturarse con recuerdos y sufrir

sábado, 2 de octubre de 2010

Narciso

Miraba a través de la ventana y ella diligente le devolvía su eterno reflejo, esta vez empañado por su mirada velada y brillante; magnificando su acostumbrado resplandor. Habían transcurrido 500 años, a cuyo término debería plantearse nuevamente la tan sobada encrucijada de decidir; si cambiar e interactuar como común mortal o continuar hibernando en ese mismo lugar donde solo existía la retroalimentación expresa entre su ser y la auto-admiración colgada de sus ojos. ¿Se atrevería a ello?, había permutado la vida y el interactuar humano por conservar y contemplar para siempre su singular belleza… Aun no se cansaba y decidió entre lágrimas esperar 500 años más.

lunes, 13 de septiembre de 2010

Rojo final

Ella lo dijo; quiero que todo sea rojo: las paredes, el cortejo, los oficiantes e invitados… y que todos nos confundamos en el mismo color mientras nuestras almas se unen ante Dios. Que al finalizar la ceremonia, esa larga daga que atraviesa y une nuestros cuerpos , asome de un solo vestido y que tu preciosa sangre y la mía pasen inadvertidas hasta que el sol de la mañana nos descubra inmóviles; congelados en un espejo de sangre, mientras nuestros espíritus convertidos en uno inician su viaje hacia la eternidad.